Dicen muchas cosas de la vida, hay quienes dicen que la vida no es justa, otros que la vida es bella y hay escépticos que dicen que la vida no vale nada… Pero yo no pienso así, recibes lo que mereces, Dios te da las cosas para las que estás preparado, la vida es hermosa y es el obsequio más valioso que poseemos.
La vida es el mejor regalo que Dios le pudo dar al ser humano, la vida permite que sintamos, que riamos, que suframos. La vida es un día y, al mismo tiempo, es una eternidad. Hoy podemos estar y mañana aún seguiremos, porque aunque físicamente no estemos siempre habrá alguien que nos recuerde, que recuerde nuestros chistes, nuestra sonrisa, nuestra mirada. Siempre habrá alguien que nos ame.
La vida es difícil. Bien dicen que todo lo que vale mucho, cuesta mucho, soy fiel creyente de ello. El valor de algo es proporcional al esfuerzo que demanda. No existe nada en el mundo como llegar a la meta por la que se ha luchado con tanto amor, esfuerzo y entusiasmo. Siempre hay retos, unos más difíciles que otros y, para mí, al esencia de la vida está en esto, superar esos retos por duros y amargos que sean, con una sonrisa, por amor a nosotros y a lo que hacemos… Que es lo más importante.
La vida es para valientes me han dicho y ¡cuánta razón tienen!. Jamás he visto un cobarde con un gran premio, jamás he visto enamorado y feliz a un cobarde, nunca he sabido de un ser ilustre que no haya sufrido unas cuantas veces que después tuvo que superar.
La vida es un arte, vivir es literatura, vivir es una hermosa canción, un acorde difícil de guitarra, vivir es desvelarse llorando, vivir es el insomnio que causa esa persona. Y es que, de vez en cuando, sufrir nos recuerda que estamos vivos, nos trae de vuelta al mundo. Porque si todo fuese felicidad, paz y fantasía el verdadero valor de ser feliz se perdería.
La vida es risas, la vida es ese lapsus estúpido que hace reír a nuestros amigos, la vida es ese momento de picardía que te hace reír a solas. La vida es equivocarte, enmendar el error y superarlo.
La vida es conocer personas, esos seres extraordinarios y maravillosos que Dios puso en el mundo para hacerlo más ameno, pero lo más importante siempre será conocerte a ti mismo. El día que te conoces, que tarde o temprano llegará, será el día en que sabrás qué es lo que más te hace feliz, qué es lo que te desmoronaría, qué te llena de orgullo o de ira y ese día, cito a Pablo Neruda: te encontrarás a ti mismo, y ésa, sólo ésa, puede ser la más feliz o amarga de tus horas.
La vida está rodeada de sueños, de metas por alcanzar, de seres por amar. Por lo tanto, está implícito que también hayan fracasos y quizá más fracasos que victorias. Habrán desilusiones, muchísimas desilusiones, que dolerán más que la felicidad que da el amor. Habrán sueños frustrados, muertes, innumerables pérdidas, pero vale la pena vivir, juro que vale la pena seguir. Eres feliz hasta que entiendes que todos esos fracasos te llevaron a cumplir tu sueño, hasta que valoras los buenos momentos que dejó aquel gran amor, hasta que te das cuenta que el amor se paga caro, por eso hay que cuidarlo cada día y a cada momento.
Cada día es una sorpresa, sea buena o sea mala, en 24 horas dejará de ser.
Entonces, no te quejes mucho, ya pasará.
No veas lo que has perdido, mira lo que has ganado.
Ríe mucho, no sabes si mañana llorarás.
Besa mucho, abraza seguido.
Lee, canta, sonríe seguido.
Sé agradecido.
Bendice y no maldigas.
No envidies, no le quites la felicidad a esa persona ni a ti.
Ten paciencia, lo que esperas ya llegará.
Ten fe, Dios hará.
Cree en ti más que en cualquier otra persona.
Sueña y esfuérzate.
Sé valiente, sino no alcanzarás lo que te has prometido.
Sé prudente y sabio.
Aprende a callar.
Sigue tus propios consejos.
Sé fuerte, no flaquees.
No temas, es lo único que puede detenerte.
Honra a tus padres.
Sé siempre tú.
Vive y deja vivir.
“La vida es eso que pasa entre un buen amor, un buen libro y un buen café.”